Estos fueron los pedidos de los niños de 7° y 8° grado de SMIS que vinieron hoy de visita.
Sus ideas eran de otro mundo, pero aún así pensé que eran un poco divertidas. ¡Una vez más, llevar a los niños pequeños al lugar sacó a relucir al niño que hay en mí! Todos tenían la misma opinión acerca de que la sala principal del templo era demasiado pequeña, pero les encantaba la altura del techo. Inspeccionamos el piso de Pujari y escribieron sus nombres en las columnas con piedras. Era como un parque temático para ellos y no vemos la hora de ver cómo se les ilumina la cara cuando el templo esté terminado.